Sobre "La estructura inerte" — Soledad Tordini
“Bloque primordial sin esculpir, único excelentísimo monstruo. Sus deseos insensatos abarcan y definen toda posible coreografía, todo éter y flogisto. No hay vacío, todo está habitado.
Lo que habitamos nos habita. Lo que nos rodea nos constituye. No nos pertenecemos, estamos diseminados en todo aquello a lo que nos vinculamos. Todo en la naturaleza es real, incluso la conciencia (dados sus tangibles efectos).
Una bruja es una simple realista, estudia los secretos de la naturaleza. Insiste en que los símbolos deben provocar tanto sucesos como epifanías privadas, una reconstrucción en favor de la exaltación y de la presencia. Percibe un mundo poblado no de cosas, sino de fuerzas, no de sujetos, sino de potencias, no de cuerpos, sino de vínculos. La brujería sabe que no hay ley natural, sólo la espontaneidad de la natura naturans, por eso viola las leyes que buscan encadenar este flujo, que operan como la fuerza tensora de una trama ilusoria.
Los tratados de botánica oculta nos cuentan que las ramas de un árbol son el resultado de una batalla librada por las fuerzas naturales en pleno movimiento cuando desean conservar la comunicación con el sol exterior, las gesticulaciones de la planta que se siente oprimida, que quiere vivir por su voluntad propia. Del mismo modo que la fuerza vital, en lxs humanxs, hace salir venenos interiores bajo la forma de forúnculos, así el calor vital del árbol le obliga a sacar brotes y ramificaciones.
Una bruja sabe también que una porción de tierra no nos cerca, nos atraviesa: su frontera no es el límite de lo que hemos visto, sino el límite de aquello en que nos hemos convertido. La hierba es como un sueño, crece donde nadie la espera, ahí donde se trepa una escalera en el mismo momento donde se está enteramente saturado de los propios colores, donde el cuerpo se convierte todo en tiempo.
Lxs hermetistas concebían, en el origen primordial de las cosas, un caos en el cual las formas de todo el universo estaban prefiguradas; una matriz o materia cósmica, y de otra parte, un fuego generador y en el que la acción recíproca constituía la mónada, la piedra de vida o mercurio: medio y fin de todas las fuerzas. El fuego es ardiente, seco, puro, fuerte, la cabeza de dragón, el azufre. El caos es un agua espermática, cálida, húmeda, legamosa, impura.
Todas las cosas en la naturaleza, pasan por tres edades. En la última de ellas, llega el momento en que se establece la separación entre lo sutil y lo espeso; lo primero se eleva al cielo; lo segundo queda en la tierra; el resto permanece en las regiones aéreas.”
“Primordial unesculpted block, unique and excelentism monster, their foolish desires embrace and define every possible choregraphy, all the eter and phlogiston, there is not emptyness, everything is inhabitated.
what we inhabitat inhabits us. what surround us constitutes us. we do not belong to us, we are disseminated in everything we vinculates to. everything in nature is real, even the consciousness (given its tangible effects)
a witch is a simple realistic, she studies the secrets of nature. she insists that symbols must cause both events as private epiphanies, a reconstruction in favour of exaltation and presence. she percibes a world populated not of things, but of forces, not of subjects, but of powers, not of bodies, but of bonds. witchery knows there is not natural rule, only the spontaneity of natura naturans, that is why it breaks the laws that seek to link this flow, wich operates as the tense force of an illusory web.
hidden botanic treatises tell us that the branches of a tree are the result of a battle fought by natural forces in movement when they decide to keep communication with the outer sun, gesticulations of the plant that feels oppressed, that wants to live by its own will, the same way that vital force makes interior poison to grow as boils in humans, the same way that tree’s vital heat obligues it to take out buds and ramifications.
a witch also knows that a portion of land does not fence us, it break through us: its frontier is not the limit of what we have seen, but the limit of what we had not became. grass is like a dream, it grows where no one expects it to, there where a stair is climbed at the same time it is entirely saturated by own colors, where the body becames everything in time.
hermetists concieved, in the primordial origin of things, a chaos in which every shape of the universe was prefigured; a matrix of cosmic matter, and from another part, a generator fire and in which the reciprocal action constituted the monad, the stone of life or mercury, way and end of all forces, the fire is burning, dry, pure, strong, the dragon’s head, the sulfur, chaos is an spermatic water, warm, wet, leganese, impure.
everything in nature goes through three ages. in the last one of them, the moment comes in which a separation between subtle and thick is done; the first one goes up to the sky; the second one stays on earth; the rest remains in aerial regions.“
Soledad Tordini
Sobre "La estructura inerte" — Soledad Tordini
“Bloque primordial sin esculpir, único excelentísimo monstruo. Sus deseos insensatos abarcan y definen toda posible coreografía, todo éter y flogisto. No hay vacío, todo está habitado.
Lo que habitamos nos habita. Lo que nos rodea nos constituye. No nos pertenecemos, estamos diseminados en todo aquello a lo que nos vinculamos. Todo en la naturaleza es real, incluso la conciencia (dados sus tangibles efectos).
Una bruja es una simple realista, estudia los secretos de la naturaleza. Insiste en que los símbolos deben provocar tanto sucesos como epifanías privadas, una reconstrucción en favor de la exaltación y de la presencia. Percibe un mundo poblado no de cosas, sino de fuerzas, no de sujetos, sino de potencias, no de cuerpos, sino de vínculos. La brujería sabe que no hay ley natural, sólo la espontaneidad de la natura naturans, por eso viola las leyes que buscan encadenar este flujo, que operan como la fuerza tensora de una trama ilusoria.
Los tratados de botánica oculta nos cuentan que las ramas de un árbol son el resultado de una batalla librada por las fuerzas naturales en pleno movimiento cuando desean conservar la comunicación con el sol exterior, las gesticulaciones de la planta que se siente oprimida, que quiere vivir por su voluntad propia. Del mismo modo que la fuerza vital, en lxs humanxs, hace salir venenos interiores bajo la forma de forúnculos, así el calor vital del árbol le obliga a sacar brotes y ramificaciones.
Una bruja sabe también que una porción de tierra no nos cerca, nos atraviesa: su frontera no es el límite de lo que hemos visto, sino el límite de aquello en que nos hemos convertido. La hierba es como un sueño, crece donde nadie la espera, ahí donde se trepa una escalera en el mismo momento donde se está enteramente saturado de los propios colores, donde el cuerpo se convierte todo en tiempo.
Lxs hermetistas concebían, en el origen primordial de las cosas, un caos en el cual las formas de todo el universo estaban prefiguradas; una matriz o materia cósmica, y de otra parte, un fuego generador y en el que la acción recíproca constituía la mónada, la piedra de vida o mercurio: medio y fin de todas las fuerzas. El fuego es ardiente, seco, puro, fuerte, la cabeza de dragón, el azufre. El caos es un agua espermática, cálida, húmeda, legamosa, impura.
Todas las cosas en la naturaleza, pasan por tres edades. En la última de ellas, llega el momento en que se establece la separación entre lo sutil y lo espeso; lo primero se eleva al cielo; lo segundo queda en la tierra; el resto permanece en las regiones aéreas.”
“Primordial unesculpted block, unique and excelentism monster, their foolish desires embrace and define every possible choregraphy, all the eter and phlogiston, there is not emptyness, everything is inhabitated.
what we inhabitat inhabits us. what surround us constitutes us. we do not belong to us, we are disseminated in everything we vinculates to. everything in nature is real, even the consciousness (given its tangible effects)
a witch is a simple realistic, she studies the secrets of nature. she insists that symbols must cause both events as private epiphanies, a reconstruction in favour of exaltation and presence. she percibes a world populated not of things, but of forces, not of subjects, but of powers, not of bodies, but of bonds. witchery knows there is not natural rule, only the spontaneity of natura naturans, that is why it breaks the laws that seek to link this flow, wich operates as the tense force of an illusory web.
hidden botanic treatises tell us that the branches of a tree are the result of a battle fought by natural forces in movement when they decide to keep communication with the outer sun, gesticulations of the plant that feels oppressed, that wants to live by its own will, the same way that vital force makes interior poison to grow as boils in humans, the same way that tree’s vital heat obligues it to take out buds and ramifications.
a witch also knows that a portion of land does not fence us, it break through us: its frontier is not the limit of what we have seen, but the limit of what we had not became. grass is like a dream, it grows where no one expects it to, there where a stair is climbed at the same time it is entirely saturated by own colors, where the body becames everything in time.
hermetists concieved, in the primordial origin of things, a chaos in which every shape of the universe was prefigured; a matrix of cosmic matter, and from another part, a generator fire and in which the reciprocal action constituted the monad, the stone of life or mercury, way and end of all forces, the fire is burning, dry, pure, strong, the dragon’s head, the sulfur, chaos is an spermatic water, warm, wet, leganese, impure.
everything in nature goes through three ages. in the last one of them, the moment comes in which a separation between subtle and thick is done; the first one goes up to the sky; the second one stays on earth; the rest remains in aerial regions.“
Soledad Tordini