Sitios / Juan Pinkus — 2019
Curaduría y texto para la instalación "Sitios" de Juan Pinkus.
Curatorship and text for the installation "Sites" by Juan Pinkus.
Antes de cualquier técnica de almacenamiento el cuerpo era el soporte de la memoria. Nuestros ancestros no leían papeles, leían el cuerpo. El uso de las piedras fue una de las primeras tecnologías. Entonces calculamos, la palabra cálculo es sinónimo de piedra. La digitalización nació con nuestros dedos; los diez dígitos de las manos. La lógica de lo digital previene del alfabeto. La naturaleza humana no cambia, solo nuestra tecnología lo hace. Cada nueva tecnología nos permite aprender algo nuevo sobre nosotros. La palabra escrita fue otra de las revoluciones tecnológicas. Las palabras dieron lugar a las bibliotecas y los archivos. Hoy esos son los catálogos del pasado. La Red de Internet funciona como el archivo del presente. Como humanxs descubrimos un nuevo mundo: el ciberespacio. Si en un momento la información era transferida mayormente con palabras hoy circula especialmente a partir de imágenes: las imágenes técnicas. Estas imágenes son superficies construidas por puntos, como los puntos en las costuras o los antiguos telares. Estos puntos están organizados por un código, una serie de instrucciones que funcionan como partitura. Los humanxs escriben y las máquinas interpretan. Las máquinas tienen un funcionamiento programado. Aleatoriedad en combinaciones casi infinitas. Entonces tenemos accidentes programados. Superficies imaginarias compuestas por colores en proceso de constante transformación. Las fallas de los aparatos oculares humanxs dan lugar a nuevos colores. Superposiciones que son el resultado de nuestra percepción alterada. El sentido de la vista recibe más información del cerebro que de los ojos. Existe un sistema, una estructura organizada que tiene una función. Un sistema siempre tiene un objetivo, una función que lo estructura. Pero en este caso la función no es lineal o literal. La programación es binaria. Se proyectan colores construidos con la combinación de los dígitos F y 0. Son también páginas de internet. Mapas de bits. Las instrucciones son traducidas por la red, las computadoras y los proyectores. Solo vemos el reflejo de un apilamiento de traducciones mediadas por las máquinas y nuestros aparatos de percepción. En la perfección numérica del código binario existe una superficie de colores puros e infinitos que mutan en la extensión del ciberespacio. Las pantallas funcionan como marcos o ventanas que muestran solo un fragmento de esa realidad infinita. Estos planos no tienen un lugar, son una utopía, son la memoria del futuro. Superficies virtuales que están más allá del sentido y de la palabra. El mundo ya no se nos presenta más como línea o proceso sino como plano o contexto, como era cuando todavía no veíamos, escuchábamos, ni leíamos palabras.
Así podemos imaginar a un grupo de humanxs prehistóricos, parados frente a las pantallas, contemplando los reflejos. ¿Qué es lo que le pedimos a las imágenes?
Sitios / Juan Pinkus — 2019
Curaduría y texto para la instalación "Sitios" de Juan Pinkus.
Curatorship and text for the installation "Sites" by Juan Pinkus.
Antes de cualquier técnica de almacenamiento el cuerpo era el soporte de la memoria. Nuestros ancestros no leían papeles, leían el cuerpo. El uso de las piedras fue una de las primeras tecnologías. Entonces calculamos, la palabra cálculo es sinónimo de piedra. La digitalización nació con nuestros dedos; los diez dígitos de las manos. La lógica de lo digital previene del alfabeto. La naturaleza humana no cambia, solo nuestra tecnología lo hace. Cada nueva tecnología nos permite aprender algo nuevo sobre nosotros. La palabra escrita fue otra de las revoluciones tecnológicas. Las palabras dieron lugar a las bibliotecas y los archivos. Hoy esos son los catálogos del pasado. La Red de Internet funciona como el archivo del presente. Como humanxs descubrimos un nuevo mundo: el ciberespacio. Si en un momento la información era transferida mayormente con palabras hoy circula especialmente a partir de imágenes: las imágenes técnicas. Estas imágenes son superficies construidas por puntos, como los puntos en las costuras o los antiguos telares. Estos puntos están organizados por un código, una serie de instrucciones que funcionan como partitura. Los humanxs escriben y las máquinas interpretan. Las máquinas tienen un funcionamiento programado. Aleatoriedad en combinaciones casi infinitas. Entonces tenemos accidentes programados. Superficies imaginarias compuestas por colores en proceso de constante transformación. Las fallas de los aparatos oculares humanxs dan lugar a nuevos colores. Superposiciones que son el resultado de nuestra percepción alterada. El sentido de la vista recibe más información del cerebro que de los ojos. Existe un sistema, una estructura organizada que tiene una función. Un sistema siempre tiene un objetivo, una función que lo estructura. Pero en este caso la función no es lineal o literal. La programación es binaria. Se proyectan colores construidos con la combinación de los dígitos F y 0. Son también páginas de internet. Mapas de bits. Las instrucciones son traducidas por la red, las computadoras y los proyectores. Solo vemos el reflejo de un apilamiento de traducciones mediadas por las máquinas y nuestros aparatos de percepción. En la perfección numérica del código binario existe una superficie de colores puros e infinitos que mutan en la extensión del ciberespacio. Las pantallas funcionan como marcos o ventanas que muestran solo un fragmento de esa realidad infinita. Estos planos no tienen un lugar, son una utopía, son la memoria del futuro. Superficies virtuales que están más allá del sentido y de la palabra. El mundo ya no se nos presenta más como línea o proceso sino como plano o contexto, como era cuando todavía no veíamos, escuchábamos, ni leíamos palabras.
Así podemos imaginar a un grupo de humanxs prehistóricos, parados frente a las pantallas, contemplando los reflejos. ¿Qué es lo que le pedimos a las imágenes?